31 julio 2007

El gateo : un paso gigante para tú bebé


Caminar a cuatro patas no sólo significa ganar en movilidad. Aunque tu bebé no se dé cuenta de ello y él simplemente disfrute yendo de aquí para allá como un correcaminos, en el interior de su pequeña cabecita están ocurriendo cosas muy emocionantes. El gateo favorece la relación entre los hemisferios cerebrales y prepara la vista y la mano para la fascinante aventura, no muy lejana, de aprender a leer y escribir. Increíble, ¿no?


La importancia del gateo va mucho más allá de una simple mejora en la movilidad del bebé. Su conexión con el desarrollo físico e intelectual del pequeño lo convierten en un factor clave que implicará y marcará el desarrollo de sus aprendizajes escolares y extraescolares, entre otras muchas cosas. Vamos a poner un ejemplo fruto de las investigaciones que Glenn Doman y sus colaboradores llevan a cabo con los bebés: los bebés de cierta tribu del Amazonas, al no poder gatear por el suelo (serpientes venenosas, insectos y cientos de depredadores lo hacen muy peligroso) desarrollan un sentido de la visión a larga distancia (focalizan más o menos a unos 15 metros), pero no son capaces de hacerlo a distancias cortas (30-40 cm) por lo que su capacidad de aprendizaje puede verse resentida. La visión de puntos cercanos se desarrolla materialmente cuando el niño se arrastra y gatea, y es la distancia a la que, un poco más tarde, el niño leerá y escribirá. Por eso es tan importante el gateo, porque permite la convergencia ocular de corta distancia, aspecto fundamental en el correcto aprendizaje de nuestros hijos.



Verás como tu hijo avanza

Como hemos dicho, el gateo permitirá que tu hijo avance a pasos agigantados. Pero, ¿en qué dirección?:

A nivel corporal:

  • El gateo desarrolla la estructura de hombros, codos, muñecas, rodillas y tobillos al estirarse-sentarse-gatear-sentarse-gatear-estirarse e intentar ponerse de pie.

  • Al pasar por diferentes terrenos y tocar diferentes texturas, el gateo desarrolla la sensibilidad táctil de los dedos y la palma de la mano que le facilitará en un futuro el agarre de objetos pequeños como el lápiz al escribir o pintar, o el tocar instrumentos de cuerda o viento.

  • En esta etapa también tiene lugar la maduración de la motricidad fina (manos-dedos) pudiendo coger objetos con el dedo pulgar e índice de manera simultánea (tipo pinza). Este movimiento es la base para que el niño, a la larga, coja correctamente el lápiz en el inicio de la escritura en su etapa preescolar.

  • El gateo armónico y continuado proporciona al bebé una capacidad respiratoria superior que cuando está inmóvil, lo que aumenta la oxigenación de su cerebro, y también facilita su capacidad respiratoria para cuando empiece a balbucear o hablar.

  • El gateo obliga al movimiento simultáneo del brazo y la pierna contrarios, situación que favorece, a nivel neurológico, la interrelación hemisférica mediante el desarrollo del cuerpo calloso (un canal de fibras nerviosas) que conecta ambos hemisferios. Recuerda que cada hemisferio cerebral controla los movimientos de las extremidades del lado opuesto. Por tanto, a más gateo, la velocidad de interconexión entre hemisferios (intercambio de información) será más rápida y eficaz. Un ejemplo práctico: le será mucho más fácil coger apuntes a la vez que escucha al profesor.

A nivel visual:

  • Al querer llegar al lugar donde hay un objeto de su interés, y luego cogerlo, le obliga a la coordinación óculo-manual (ojo-mano).

  • El gateo es una clave de operaciones cerebrales muy sofisticadas, igual que la lectura y la escritura, y ofrece una gran oportunidad para sentar las bases del proceso de lateralización (determinación de la dominancia manual, ocular, auditiva y podal) que finaliza alrededor de los 6 años.

  • Además, ejercita cuatro aspectos importantes en la visión:

    1. Ejercita su visión binocular: el cerebro utiliza las imágenes que recibe de cada uno de los dos ojos y las fusiona en una sola imagen más completa. El sistema es el mismo que cuando hacemos una foto panorámica de un paisaje: retratamos el paisaje haciendo dos fotos consecutivas y luego, una vez reveladas, las juntamos solapando los elementos comunes (árbol, casas...) para obtener en un mismo plano una panorámica de este paisaje mucho más extensa.

    2. Desarrolla con gran intensidad la visión estereoscópica, es decir la visión tridimensional que permite apreciar los volúmenes (como ocurre cuando te colocas las gafas especiales en las películas en 3D).

    3. Se estimula la convergencia y la acomodación, que permiten saber a que distancia está un objeto y focalizarlo correctamente (como en una cámara fotográfica). Así el niño puede saber, por ejemplo, lo profundo que es el espacio que hay entre el sofá y el suelo. Este cálculo le permite intuir si es peligroso bajar de cara o es mejor girarse y apoyar primero las piernas en el suelo. La convergencia y la acomodación posibilitará en un futuro ver con claridad, facilidad y rapidez las cosas que están cerca (en su mano, las letras pequeñas de los cuentos, y las letras o dibujos de su libreta), así como las cosas que están lejos (las letras o dibujos de la pizarra que ha de copiar), alternando ambos focos sin problemas. Por otra parte, saber a que distancia están los objetos y su volumen, le permitirá poder cogerlos mejor y encajarlos con precisión en lugares determinados. Por ejemplo, los puzzles, juegos de encajar elementos/formas, meter y sacar cosas de los cajones que ya ha aprendido a abrir con facilidad, etc.

    4. Potencia la visión periférica, que es la que nos permite orientarnos en el espacio, informándonos de los movimientos en el entorno. Este tipo de visión es fundamental para los deportes de equipo al tener que controlar en qué posición se encuentran los compañeros más cercanos o apropiados para pasarles la pelota (fútbol, balonmano, etc.). También le será muy útil en el futuro, por ejemplo para conducir, ya que tendrá que controlar no sólo su vehículo, sino también los que le rodean. Un sistema visual eficaz y rentable, será el resultado del perfecto equilibrio entre la visión periférica y la visión central.

CONCLUSIÓN

El gateo es la clave de operaciones cerebrales muy sofisticadas como la lectura y la escritura y ofrece una gran oportunidad para sentar las bases del proceso de lateralización (determinación de la dominancia manual, ocular, auditiva y podal). Además, muchos problemas de fracaso escolar tienen su origen en dificultades oculares de convergencia, focalización y visión estereoscópica que unas buenas dosis de arrastre y gateo pueden ayudar a corregir. Además, el gateo en edades más mayores, puede ser un buen ejercicio corrector cuando ya han aparecido problemas de fracaso escolar, mala lateralización, lesión cerebral, dislexias, etc.


Mª Ángeles García Morán
Licenciada en Psicología Infantil y especialista en Estimulación Temprana
Fuente : www.solohijos.com

Que hacen los niños en internet ?

Desde la SOCIEDAD ARGENTINA DE PEDIATRIA se ha lanzado una encuesta sobre "EL USO DE INTERNET EN EL HOGAR"



El motivo de ello es que en nuestro país no hay información acerca de como los niños navegan en la web. Algunos datos son escalofriantes:

  • En la Argentina el promedio de horas/dia frente a las computadoras personales es de 2,5 hrs.
  • El 28 % de los padres definen que no es una preocupación familiar el ingreso a Internet por parte de sus hijos.
  • El 16,7% determina que no ha establecido ninguna "política familiar" específica.
  • El 60% de los padres conoce la existencia de filtros para que sus hijos menores no accedan a sitios no deseados, pero el 75, % de éstos no ha instalado ninguno en su hogar

Y surgen asi las preguntas: ¿CUÁNTO SABEMOS ACERCA DE CÓMO USAN NUESTROS HIJOS INTERNET? ¿CÓMO PODEMOS GARANTIZAR EL USO SEGURO DE INTERNET EN NUESTRO HOGAR?

Casi como una obviedad, la mayoría de los padres advierte a sus hijos que no deben de hablar con personas extrañas, o abrir la puerta a un desconocido si están solos en la casa y que no deben dar ninguna información a cualquiera que llame por teléfono. La mayoría de los padres también controla a dónde van a jugar sus hijos, qué programas de televisión ven y los libros y revistas que leen.

MUCHOS PADRES NO SE DAN CUENTA DE QUE EL MISMO NIVEL DE SUPERVISIÓN Y ORIENTACIÓN SE DEBE DE PROVEER A LOS NIÑOS CUANDO SE CONECTAN A INTERNET.

Por ello la ENCUESTA SOBRE EL USO DE INTERNET EN EL HOGAR permitirá poder evaluar cuánto se conoce de la relación de los con Internet.

Los invito a contestar la encuesta a la que pueden acceder en la siguiente dirección web: http://www.sap.org.ar/encuesta_hogares/

Grupo de Informática Sociedad Argentina de Pediatría
Dres. Melamud Ariel, Otero Paula, Nasanovsky Jorge, Stechina Daniel, Goldfarb Guillermo, Svetliza Javier, Canosa Daniela, Matamoros Rodrigo, Ringuelet Lucio.

23 julio 2007

Los alimentos en la escuela

LA ALIMENTACIÓN Y LA ESCUELA
- No siempre es fácil alimentar bien a los niños con comidas que les resulten agradables, será necesario buscar estrategias para lograrlo
- Un verdadero desafío es incorporar este concepto básico de alimentación adecuada en las escuelas sobre todo cuando los kioscos están dentro de las mismas
- Es preciso comenzar en el seno de las familias para que ya en los jardines de infantes se trabaje el tema con toda la comunidad educativa con el objetivo de introducir estos conceptos
Que pueden llevar
- Frutas bien lavadas: peras-bananas-manzanas
- Pan, galletitas saladas o dulces.
-Cereales
- Cuando la escuela dispone de heladera para mantener la cadena de frío sin interrupciones podría también ser llevados: Yogurt, quesos, carnes bien cocidas en variadas formas, milanesas, pastel de carne, lonjas de carne cocida al horno, legumbres cocidas
Bebidas
La sed se calma con agua. Insistir en el agua como la mejor bebida evitando las bebidas saborizadas o gaseosas que producen saciedad y disminuyen el apetito
Que debe evitarse
- Alimentos muy salados como papas fritas, palitos, maicitos
- Salchichas o hamburguesas: Las hamburguesas permitidas serán las preparadas y mezcladas enteramente en las casas, deben ser muy finas para facilitar la cocción del interior y muy cocidas de ambos lados
- Alimentos húmedos (fiambre, ensaladas), por rápida contaminación si no hay heladera
- Gaseosas
- Golosinas en general: Si el niño come en los recreos golosinas y/o gaseosas es posible que disminuya su apetito en el almuerzo o merienda
Premisas
- Lavarse muy bien las manos antes de ingerir o manipular alimentos
- No tomar agua directamente de las canillas de los baños o bebederos
- No llevar comidas preparadas varios días antes
- Cepillarse los dientes después de comer

Fuente : Sociedad Argentina de Pediatria

Poner límites es igual a ser autoritario ?

A menudo los padres asocian la puesta de límites a sus hijos como una actitud de represión, censura y prohibición. A su vez temen a las reacciones de los niños frente a la puesta de límites, ya sea porque éstos reaccionan con rabietas o porque piensan que frustrarlos implica un grave daño psíquico.El límite es una manera de proteger al niño Esto lleva muchas veces a los padres a manejarse con conductas de laissez-faire, permisivas, relajadas, buscando la inmediata satisfacción, respondiendo al “¡quiero ya!” de los niños, ya sea para conformarlos o para acallarlos, transformándolos en pequeños tiranos. Estas actitudes de los padres mantienen la ilusión de que ellos tienen la posibilidad de darles todo a los hijos.
Dicha connotación negativa probablemente se deba al desconocimiento del aspecto esencial de la puesta de límites: establecer un lugar intermedio entre el laissez-faire y la represión: el límite tiene un carácter dual que por un lado prohíbe, pero por otro, permite.Entonces, la puesta de límites funciona como regulación, contención, marco de confianza y seguridad que a través de ella se puede transmitir.Poner límites es decir “no”, porque no todo es posible. El “no” y la frustración son constitutivos de la personalidad del niño, introducen el tiempo de la espera, donde no todo puede ser satisfecho inmediatamente. No hacerlo puede tener consecuencias importantes.Poner límites es una cuestión de autoridad, que no debe confundirse con autoritarismo: retos, castigos y penitencias, responden a otras cuestiones, nunca son verdaderos límites. Cuando se impone un límite con exceso de severidad, de una manera inflexible, más que ayudar al niño, se lo restringe en sus posibilidades.El límite no es una descarga verbal de gritos e insultos, de padres irritados frente a la demanda insistente del niño. El niño -con su conducta desbordada- está pidiendo que se lo contenga, que un adulto pueda frenarlo, un “no” que lo limite y lo asegure.
Nunca será suficiente subrayar la importancia de la primer etapa de vida del niño, tan frágil y tan receptiva, sus tempranas experiencias, sus adquisiciones. Allí es donde comienzan los primeros aprendizajes de los límites para el dominio de los impulsos.Es importante la reflexión adulta de los padres y su transmisión a las otras personas que tienen a cargo el cuidado del niño para establecer una postura coherente. Si un “no” puesto en un determinado momento se transforma en un “sí” frente a la insistencia del niño -porque resulta difícil sostener la postura inicial-, el niño estará recibiendo un doble mensaje que lo dejará sumido en una confusión perturbadora.
Es común que los niños deseen y pidan cosas en todo momento; también es cierto que no es posible satisfacerlos siempre, es una ilusión y sería totalmente perjudicial para la salud mental del niño si uno pudiera hacerlo.
Si un niño intenta tocar la estufa encendida, será advertido por la madre con un “no” claro, firme y decidido; luego repetirá su tentativa, procurando averiguar si el padre también lo frena; más adelante procederá igual frente a otro tipo de aprendizaje o al aprendizaje escolar. Por lo tanto, la puesta de límites debe ser compartida y acordada entre los adultos y sostenida en el tiempo. El niño necesita de la experiencia de ver confirmado por los adultos lo que se le acaba de transmitir.Sucede que a veces los niños no aceptan las explicaciones, pero un “no” puesto con decisión y firmeza desde los padres es aceptado y resulta tranquilizador y pacificante. El padre con autoridad es aquél que escucha al niño, a quien considera y respeta en su condición de tal, que no toma decisiones a la ligera sino en función de su cuidado y bienestar.
Los límites se aprenden en el núcleo familiar, puestos por la madre y el padre o por adultos que son afectivamente importantes para el niño. Por amor a ellos el niño los va a ir incorporando, aceptando transitar el difícil recorrido que es la regulación de los impulsos. > La puesta de límites comienza en el hogar.
Los límites puestos en el hogar tienen que ver con los valores y la singularidad de cada grupo familiar, particulares a cada medio social y cultural. También son diferentes los límites puestos en las distintas etapas: no son los mismos en los primeros años, en la pubertad o en la adolescencia.Hay padres que en su niñez fueron hostigados en nombre de los límites y esto les ha dejado un sabor amargo. Como consecuencia de esas penosas experiencias vividas, manifiestan una actitud indulgente a la hora de poner límites a sus hijos. Tal vez habría que revisar y pensar si aquellos fueron verdaderos límites, a veces puestos con violencia, o sólo castigos, como ejercicio del poder de los adultos.Lo límites no son castigos, no son golpes físicos, no son penitencias, no son gritos, no son insultos, no es decir siempre que “no”. No es para humillar al niño, para volverlo dócil, maleable, sumiso y obediente al adulto.Es necesaria la reflexión de los padres, de cada uno de ellos y entre sí, para diferenciar sus propias vivencias infantiles o adolescentes, para tratar de no repetir con sus hijos lo que padecieron, ya sea la reedición de la violencia o el laissez-faire, que son los dos extremos que dejan al niño aislado en su sufrimiento.La reflexión es una oportunidad que permitirá la posibilidad de cambio en la crianza de sus hijos, la posibilidad de buscar el delicado equilibrio en la puesta de límites que responda al cuidado del pequeño. Un marco de contención para favorecer a que el niño aprenda a controlar sus conductas impulsivas, control que internalizará a medida que vaya creciendo, dando lugar a una conciencia moral que le permitirá establecer lazos sociales.Entender los límites en su función reguladora es también permitirle al niño, desde pequeño, poder expresar sus sentimientos, poder reaccionar con enojo frente a las frustraciones, las ofensas, las injusticias, o los dolores; es ayudarlo a reconocer sus sentimientos hostiles e integrarlos como parte de sí mismo, sin desconocerlos ni disociarlos, ya que la relación afectiva implica la coexistencia de sentimientos amorosos y hostiles hacia la persona amada; es ayudarlo a tolerar los sentimientos que lo inquietan; es acompañarlo con sensibilidad en sus carencias; es respetar su condición de indefensión, de debilidad, de dependencia total en cuanto a sus necesidades físicas, emocionales y afectivas.¿Cómo fue su experiencia en relación a los límites como hijo/a?¿Cómo es su experiencia como madre/padre?
Fuente www.zonapediatrica.com
Publicado por Aurora Kochi.